Cuando se baila se fortalecen los músculos que sujetan el feto durante todo el embarazo, de forma que se evitan desprendimientos, además elimina la ansiedad y favorece el buen humor.
Al practicar danza del vientre se trabajan los músculos del perineo, del bajo vientre, los abdominales y también los torácicos. Los músculos del suelo pélvico, que se utilizan en el parto, no se usan normalmente y suelen atrofiarse. Al bailar se utilizan y adquieren más elasticidad y flexibilidad para facilitar las cosas a la hora de dar a luz y hacer que la dilatación sea más rápida.
Se fortalece también la zona del sacro, con lo que se disminuyen las lumbalgias, simplemente respetando la postura básica de la danza oriental.
El trabajo de las piernas hace que se produzcan menos problemas de varices, de trombosis o de edemas.
Se puede practicar danza del vientre incluso hasta el octavo mes.
Bailar es como si estuvieras meciendo al bebe y ayuda a conectar más con él, además de que favorece una buena posición de este dentro del vientre materno y una mejor oxigenación.
Bailar durante el embarazo no tiene contraindicaciones siempre y cuando no haya riesgo de aborto y la placenta este bien adherida. Para saber con seguridad cual es el estado de la futura madre esta debería hacerse una evaluación médica previa que confirme la normalidad.
La danza del vientre también sirve para regular la menstruación, eliminar dolores, prevenir problemas de ovarios y bloqueos sexuales, por lo que es buena también antes del embarazo. Posteriormente al parto favorece la lactancia y recupera el cuerpo de la mujer tonificándolo.