La polémica en torno a esta bailarina ha llevado incluso a muchas profesionales de esta danza a convocar una manifestación en contra de la misma y a la invitación de recogida de firmas para hacer ver el desacuerdo de las bailarinas con este tipo de representaciones que consideran hacen un flaco favor a la danza oriental.
Desde este blog, yo personalmente quiero posicionarme dando mi opinión y invitando a quien quiera a aportar la suya propia. Creo que el problema no subyace tanto en el hecho de que Karen mostrase su torso desnudo o que acertase más o menos con el vestuario, ni siquiera en que su danza denotase tener bastantes pocos conocimientos técnicos o artísticos, sino con el trato machista que permitió que el jurado diese a su actuación y donde dejó bastante claro que el motivo de mostrar su pecho no guardaba ninguna relación con ningún fin artístico sino más bien que lo utilizó como una herramienta provocativa para captar la atención del público masculino es pos de favorecer su paso a la siguiente fase del concurso, dejando asi en muy mal lugar a la danza que decía representar.
Quizás muchos se pregunten de donde viene el cabreo monumental que tienen todas esas bailarinas de danza oriental, que no es para tanto, pero seguramente sus ideas queden un poco aclaradas cuando les diga que las bailarinas llevamos muchos años tratando de quitarnos de encima una desagradable etiqueta que se nos colocó erróneamente cuando la danza oriental fué relegada por algunas religiones extremistas en un momento de su historia a los harenes de los palacios o a las prostitutas callejeras. La danza oriental es mucho más antigua y precisamente nace en los templos donde la bailaban las vírgenes como ofrenda sagrada a los dioses.
Los presentadores de este programa no solo demostraron no tener ni idea del tema como para valorar correctamente la actuación, sino que además centraron todo su discurso en el toples de Karen, uno de ellos balbuceó e incluso los dos presentadores masculinos se dedicaron a hacerse fotografías junto a la chica con el pecho desnudo y a babosear descaradamente. El pase a la siguiente fase no fue por tanto una decisión profesional, sino una decisión injusta, machista e irrespetuosa.
El video que circulaba por youtube y que he llegado a tiempo de ver, ya no puede visionarse de forma pública.
En definitiva, el problema no está en que una chica baile semidesnuda, como por otra parte lo hacían algunas bailarinas en tiempos remotos efectivamente en Egipto, sino en el tratamiento que se da a esa desnudez.
