Comenzó a trabajar como telefonista de la agencia de Orabi para las estrellas del cine egipcio, fué aqui donde poco despues este la descubriría como bailarina. Sus comienzos serían algunos pequeños clubs nocturnos, despues pasaría a bailar en Sáhara en el famoso club Las Pirámides, llamando la atención por su interpretación, su cuerpo delgado, su ritmo y
un sentimiento romántico por la danza que atraía mucho al público.
Su unión con Ahmed Fouad, un músico y compositor de violín, le dio la oportunidad de aparecer en un popular espectáculo “Al-Madina”, donde participaban superestrellas como Abdel-Halim. En esa etapa cambió la danza oriental tradicional agregando a las coreografías elementos. Su estilo combinaba influencias de Tahia Carioca, Samia Gamal y el estilo acrobático de Naima Akef. Najwa formó su propio grupo de danza, que no duraría mucho, ya que se retiro para consolidarse como actriz, alcanzando la fama en los años 70 y 80.
Nagwa aprendió de varias bailarinas retiradas, entrenadoras y coreógrafas contemporáneas. Se formó en danza y música occidental, clásica, contemporánea, jazz, flamenco, tango, tap, folklore árabe y norte africano. Muchas de sus coreografías contenían un elemento sorpresa y experimentaba al máximo la fusión de danzas. Amaba además del baile el deporte, como el tenis, el aerobic, la natación y caminar , por lo que se mantenía flexible, saludable y con una figura esbelta y bella a pesar de los años.
Elegía siempre músicos excelentes para su banda, siendo cada vez más musical, rítmica y con talento en sus ejecuciones de baile. Muchas piezas de baile famosas como Naasa, Mashaael, Ali Loze, Shik Shak Shok, El Saidi o Amar Arbaatasher, eran composiciones hechas para ella.