La fotografía en la danza oriental y tribal 2ª parte

1ª parte del artículo

Entrevista

1.¿Cuál es su particular visión de la fotografía dentro de la danza oriental?

Es mucho más que una forma de promocionar la presencia de un artista en el escenario, es una forma de capturar su esencia a través de su danza.
No soy un especialista en danza oriental pero me atrae mucho fotográficamente por su plasticidad, su exotismo y esa carga de sensualidad y erotismo que desprende,  tan pegada a la tierra y tan verdad.
Además me parece un tipo de danza abierta a todo el mundo en la que lo fundamental no es tener un cuerpo escultural, sino armonía, gracia de movimientos y expresividad. Es un mundo de esencias que me resulta muy atractivo.
Captar la belleza, delicadeza y sutileza de esta disciplina de baile dentro de lo efímero del movimiento.
Bueno, la verdad es que yo caí en este mundo de la danza un poco de “rebote”, soy un buen amigo de Felix y Mariví, padres de Vicky de la escuela “Sol de Luna” e invitados por ellos y por Vicky a una de las galas, desde entonces, no he faltado a sus citas.
Para mi es un poco “reto”, pues las condiciones lumínicas no son desde luego las más apropiadas aunque me he visto cautivado por la “plasticidad” que muestra el baile oriental, así como la variedad de planos fotográficos posibles dentro de una sola actuación. 
Mi fotografía va de la mano de mis emociones, por lo que mis instantáneas reflejan o intentan reflejar las sensaciones que me invaden.
Me gusta pensar que soy un contador de historias, por lo que no busco inmortalizar el momento, intento crear una puerta abierta a la imaginación, que ofrezca un amplio abanico de múltiples realidades.
De la danza me enamora el instante en que la música empieza a fluir, y comienza el proceso de fusión con el alma de los artistas, la plasticidad de sus movimientos, como se acompasan sus latidos con el ritmo. La pasión se   hace patente en la escena.  Durante unos minutos nada existe a su alrededor, el escenario (real o no) se convierte en el centro del universo
Por lo que la danza y mi fotografía tienen muchas cosas en común, las dos son una extensión de los sentimientos humanos.
Como fotógrafo veo las actuaciones por el agujerito del ocular de mi cámara, esto hace que nada me distraiga, solo oigo la música y permanezco atento a los movimientos del bailarín/a. Es toda una sensación que me hace vivir con mucha fuerza las coreografías, puedo ver cada expresión del artista.

2.¿Qué tipos de trabajos suele realizar?

Fotografía de espectáculo, retrato y reportaje sobre viajes. En eventos de danza suelo utilizar focal fija o angular de poca distancia, lo que me obliga a moverme mucho para cambiar el enfoque. Si alguna vez asistís a un espectáculo y detectáis una sombra escurriéndose de un lado a otro del teatro, probablemente se trate de mí ;)
En el estudio realizamos trabajos de fotografía publicitaria, de producto, retrato de autor y books para modelos y artistas.
Trabajos de captar la esencia de la realidad en su momento más significativo.
Profesionalmente, en el mundo de la fotografía, actualmente comparto mi habitual trabajo con la fotografía comercial en eventos para empresas. En lo personal el tipo de fotografía que realizo y que más me gusta es la fotografía social y de viajes.
Soy principalmente un retratista, un enamorado del alma humana, intento pasear, cámara en mano por cada uno de sus pliegues, navegar entre sus luces y sus sombras, intentando discernir donde se encuentra la próxima frontera. Ese lugar que aporte una nueva experiencia que consiga enriquecer un poco más, mi vida. No obstante me muevo con soltura en otros campos fotográficos: Fotoperiodismo, Social, Eventos, Etc.
Cubro eventos de danza y realizo book a bailarines y bailarinas. Aunque aparte de la danza también realizo trabajos de moda, interiorismo, reportaje, edición digital...

3.¿Qué le atrae más de una bailarina o bailarín oriental a la hora de realizar una fotografía?

Siento profunda fascinación por los bailarines con capacidad de llenar un escenario con su presencia y su alma escénica, de expresar emociones con su cuerpo, al ritmo de la música, en definitiva de emocionar al público y hacerles cómplices de su danza.
A alguien que se dedica a la danza se le supone un buen esquema corporal,  experiencia a la hora de colocarse y moverse y expresividad. Eso es muy agradecido fotográficamente, facilita mucho el trabajo y te permite centrarte en la foto en su conjunto.
Por otra parte el vestuario me parece espectacular, aunque intento que no me despiste de la esencia de quien lo viste, que es en definitiva lo que se persigue.
La fusión del cuerpo del bailarín con el sentimiento y el espíritu de la danza.
Me atraen mucho las telas traslucidas de colores o blancas que dejan pasar la luz de una forma muy “sutil”, también la variedad de colores en el vestuario que utilizan los bailarines y bailarinas además, me encantan cuando se apoyan en sus bailes con elementos como pueden ser dagas, cuchillos o como esta última gala que me sorprendió mucho la utilización de candelabros en las cabezas de las chicas.
Sin contestar
El vestuario suele ser muy espectacular, además de los diferentes complementos como velos, espadas... Todo ello unido a la complejidad de algunas coreografías, hacen que las fotos tengan un impacto visual muy grande.

4.Cuándo ya tiene el material fotográfico con el que va a trabajar, ¿qué es lo que sucede en su estudio que no vemos los demás y que cree que merece ser comentado?

Normalmente hago una media de 800 fotos por espectáculo, así que primero hago una criba para descartar movidas y fuera de foco. ¡Cosas del directo! Después hago una segunda criba puntuando las fotos. Así les puedo dedicar el tiempo y mimo que merecen y salen mejores fotos.
Intento que las cosas sucedan antes de hacer las fotos. Entiendo la fotografía como un proceso artesanal que comienza por la búsqueda o la creación de un espacio adecuado, la recopilación de atrezzo si es necesario y la colocación de un esquema de luces que creen atmósfera y potencien los rasgos positivos de la persona que voy a fotografiar. Prefiero pasar más tiempo pensando y con la cámara o el serrucho que sentado frente al ordenador.
Compensar los desastres de la iluminación de los “aprendices de técnicos” de los teatros.
Bueno, si importante es “la toma” in situ, mas importante aún es el procesado, es donde mas tiempo hay que dedicarle, la fotografía digital “automática” es un tanto “inservible” en este tipo de eventos, los colores salen desvirtuados con unos balances de blancos erróneos pues las luces cambian en cualquier momento, llenos de dominantes de color.
Gracias a que nuestras cámaras réflex disponen de captura de imagen en RAW, que no es mas que un tipo de archivo en bruto, podemos procesar varios parámetros después de la captura, utilizando programas profesionales de tratamiento de imágenes como Lightroom, aunque no quiero hacer pensar a la gente que esto es un “retoque”, yo a mis imágenes solamente realizo ajustes meramente fotográficos y prácticamente nunca modifico aspectos que no estén dentro de la fotografía convencional.
El procesado de las fotografías es incluso más creativo que la obtención de las mismas, es un momento intimo que compartes con tu ordenador, en mi caso con mi Mac. La imagen se torna protagonista y en cierto modo, ella misma elige su propio camino. Es un poco como cuando tienes una cita importante y te enfrentas al armario, sabes que la primera impresión puede llegar a ser vital y elegir la ropa adecuada puede ser la diferencia entre un triunfo o una derrota.
En el caso de un evento de danza, no sucede mucho. Procuro que mi fotografía sea más orientada a reportaje, por lo que no proceso mucho la foto, básicamente elimino un poco el ruido, y algunos ajustes generales.
En el caso de que el trabajo a realizar sea un book, esto llevaría una edición fotográfica mucho mayor.

5.¿Cómo describiría su trabajo a alguien que no lo conozca y por tanto no lo valore suficientemente?

Durante una actuación, hay momentos en los que el bailarín o la bailarina conecta con el público a través de sus movimientos y miradas. Mi reto es capturar ese instante.
Creo que la mejor respuesta a esa pregunta son las fotos. Entiendo que deben ser ellas quienes defiendan la calidad de cada trabajo que realizo.
Consiste en identificarse con cada bailarín como individuo y como parte del grupo y tratar de anticiparse a la evolución de los movimientos dentro de la coreografía y así para captar la belleza de los movimientos dentro del encuadre del escenario y con las limitaciones de la iluminación y sin interferir con la evolución del espectáculo.
Un trabajo de resultados sorprendentes con muchas horas de procesado posterior y que resulta “totalmente invisible” a los ojos inexpertos.
La fotografía del usuario normal que utilizando teléfonos móviles y cámaras compactas al alcance de cualquiera, hace pensar que gastándose unos miles de euros en equipos fotográficos es lo suficiente para hacer buenas fotografías.
Yo particularmente opino que una buena cámara no es mas que una buena herramienta para un fotógrafo, es su “ojo”, su pericia y experiencia las que harán que realice una buena fotografía y se convierta en un buen fotógrafo.
El éxito de un trabajo es su capacidad para transmitir. Cuando empiezas a buscar algo más, te das cuenta de que la composición te ha atrapado. Una fotografía puede llegar a ser muy persuasiva, son coquetas y emanan grandes dosis de romanticismo, son grandes cazadoras de almas.
Me resulta enormemente divertido leer los comentarios sobre mi trabajo, ver cómo la gente ofrece perspectivas en las que yo no he pensado nunca, cada persona saca su propio significado y justo esa es lo magia de la fotografía.
En el caso de fotografía de danza se trabaja en un entorno con una luz de muy pobre calidad, y en la que los bailarines realizan movimientos muy rápidos, lo que no beneficia en nada a una captura fotográfica. Esto unido a que los momentos de máxima expresión son fugaces hace que conseguir instantáneas que refleje el momento sea muy complicado. Os invito a intentarlo :) 

Continuación 3ª parte

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