Recientemente en el artículo que escribí hace ya mucho tiempo en este blog títulado "El sable o espada" recibí un comentarío de Aixa Aristiz donde me preguntaba si sabía arreglar un sable oxidado en varias partes, lo cual me ha llevado a abrir este nuevo post donde os voy a hablar sobre como debemos mantener nuestro sable de danza y como podemos reparar algunas pequeñas cositas.
Lo primero que debemos saber es que un sable hay que mantenerlo, es decir, si lo dejamos abandonado en cualquier condición, este puede estropearse, como sucede con muchas otras armas blancas.
De vez en cuando, como mínimo cada 6 meses o cada mes máximo, tenemos que limpiar la hoja del sable con un paño, una toalla o un trozo de papel absorvente del tipo de los que suelen utilizarse en la cocina. Hay que tener cuidado al realizar esta operación porque no olvidemos que estamos tratando con un arma que aunque al ser de danza no tenga filo, si que podriamos cortarnos con ella si somos demasiado enérgicos o descuidados al manejarla, no deja de ser un metal. No digo nada si por cualquier razón tienes un sable afilado, que también pueden ser utilizados en la danza aunque no sea lo más aconsejable para aquellos que no tienen una formación adecuada en el uso de armas. Pasa el paño, toalla o papel suavemente por la hoja retirando posibles restos de suciedad, polvo, grasilla de las manos, etc.
El siguiente paso es engrasar la hoja de nuestro sable, para ello podemos utilizar vaselina específica para sables o simplemente aceite de oliva del que tenemos casi todos en casa, o un aceite corporal para despues del baño, del tipo de Johnsons para bebés, no hace falta que sea uno específico. Aplicaremos una capita fina sobre la hoja con ayuda también de un paño, toalla o papel.
Si el sable tiene mango o vaina de madera, tendrás que limpiar también estas partes y encerarlas o barnizarlas cuando veas que lo van necesitando. Puedes utulizar un limpiador específico para muebles, un poco de cera o lacas y barnices para madera.
La parte de metal se pule con un pulidor para metal como por ejemplo Autosol o Braso, que son productos que eliminan no solo la suciedad, también el óxido y los pequeños arañazos. Hay productos con los que además puedes rociar tu sable para prevenir la formación de óxido, como Lanolin o cualquier silicona líquida en spray. Nunca utilices para esto papel de lija o esmeril porque entonces se arañan.
Ten en cuenta que si vives en una zona húmeda tendrás que limpiar tu sable antes de lo que indicamos aqui, a mayor humedad, mayor número de limpiezas, por lo que si puedes conviene que guardes tu sable en un lugar seco o protegido de la humedad.
Si tu sable tiene una funda de cuero, cuidado, porque esto hace que se puedan oxidar más facilmente. Si el sable tiene una vaina de madera, entonces conviene que mantengas el sable guardado siempre en su funda porque sino la madera podría deformarse.
Las zonas de cuero o tela también se limpian, no las dejes olvidadas. Según el material que sean tendras que limpiarlas de un modo u otro, pero bueno, para esto hay mies de truquitos de limpieza en internet, asi que escribe en google el material y limpieza y tendrás un montón de recursos a tu disposición.
Si tu sable ya está oxidado, no se te ocurra la brillante idea de sumergirlo en coca-cola, este truquito va muy bien para quitar oxido de tornillo y otras piezas pero no es apropiado para un sable, algunos sables podrían perder su valor o anigüedad si utilizas este tipo de métodos poco apropiados de andar por casa, el ácido para destruir el óxido tiene que ser suave, como por ejemplo el ácido acético del vinagre o el cítrico del limón, otros ácidos fuertes como el nítrico o fosfórico podrían debilitar la hoja.
Antes de utilizar cualquier ácido, protege el mango con una bolsa de plástico. Los vapores pueden afectar esas zonas indeseadas, no te saltes ese paso por ir de listo pensando que como vas a tener cuidado, si no le salta nada no va a estropearse, meterás la pata.
Un tipo de aceite que puede estar muy bien para limpiar tu sable del óxido es un aceite mineral puro o uno suave tipo 3 en 1 con la ayuda de lana de acero extrafina, hay que frotar la hoja suavemente en sentido longitudinal, nunca en circulo o perpendicularmente a la hoja. Cuando ya hayamos eliminado todo el óxido entonces se humedece la hoja con aceite limpio y se termina de limpiar bien con ayuda de un trapo suave y el aceite.
Si tu sable es de acero inoxidable, eso que tendrás ganado, porque evidentemente no necesitarás reaizar esta operación, ya que se mantendrá brillante y sin óxido aunque haya humedad.
Los sables katana vienen acompañados muchas veces de su propio equipo de limpieza que incluye un aceite vegetal, papel de arroz, una telita suave, un martillo de metal y una bola no abrasiva de polvo.
Si tu sable pierde su equilibrio, revisa que la hoja esté bien recta, quizás lo hayas golpeado y la hoja este torcida o desnivelada y al enderezarla cuidosamente recupere el equilibrio perdido, pero no la endereces haciendo el bruto, el remedio podría ser peor que la enfermedad.
Si tu sable tiene una grieta o se ha roto o tiene daños más graves, también puede repararse, pero este tipo de labor ya es para manos experimentadas y profesionales.