Seguramente algunos habreis estado preguntandoos que pasaba ultimamente con el blog que no se actualizaba, pues bien os comento qué es lo que ha sucedido.
Estos días atrás he estado bastante mal y no tenía ganas de escribir ni de muchas otras cosas y como ya sabréis llevo el blog yo sola, asi que no había nadie para ocuparse de él. He de confesar que he tenido y aún tengo algún coletazo de desesperación relacionada con el mundo de la danza y una tentación enorme de dejarlo todo por la tremenda desilusión que me provoca el comportamiento de algunas personas, y es que, aunque la danza es maravillosa y de eso no me cabe duda alguna, no deja de ser un sector, como cualquier otro, donde son las personas las que conforman su ambiente o el entorno donde has de moverte.
Quiero pedir disculpas si en estos días he tratado a mis amigos y compañeros con cierta desidia porque muchos de ellos no tienen la culpa de mi malestar y además en parte, si no he tirado la toalla, es precisamente porque independientemente de todos los malos rollos que puedas encontrar en torno a la danza, hay también muchas cosas que merecen la pena y que para poder disfrutarlas tenemos que enfrentarnos a esas cosas que no son tan agradables.
El caso es que he pasado estos días por todo tipo de ataques indeseables, incluyendo usurpaciones de identidad y hackeos, que aunque ya había sufrido en otras ocasiones, esta vez me estaban superando porque no eran uno de tantos que simplemente tienen por objeto seguramente demostrar las virguerías que uno como informático o aficionado al hacking o cracking pueda hacer, sino que venían claramente teñidas de intenciones oscuras directamente sobre mi persona y los eventos que defiendo, teniendo además que tratarse necesariamente de personas al menos mínimamente conocedoras de este sector y eso es sinceramente lo que más me ha dolido.
Hablando un día con mi profesora de ATS, me dijo una frase que me hizo pensar, "¿quien puede odiarte tanto? sin duda tu tienes que tener sospechas de quien puede ser", y aunque en ese momento de calentón hubiese señalado quizás injustamente a alguien, no lo hice, luego reflexioné y llegué a la conclusión de que daba lo mismo quien fuese, lo importante realmente es que en un mundillo que presume muchas veces de unión tribal, de buen-rollismo con las compañeras, etc la triste realidad era que la gente está dispuesta a tirar piedras incluso a su propio tejado con tal de no permitir que otros puedan evolucionar u opinar si no lo hacen al ritmo y son que ellos quieren marcar, y esto me parece que es una de las realidades que más pueden desilusionar a cualquier persona que pase por la danza.
Luego hablando con otras personas compañeras y profesoras, me di cuenta además que yo no era un caso aislado, y que no son pocos los que llegan en algún momento a una crisis de danza existencial como la mía, donde les dan ganas de abandonar, y bueno, supongo que muchos lo habran superado, pero también muchos han sucumbido.
Pero bueno, cuando comencé a escribir en este blog artículos críticos, ya sabía a lo que podía enfrentarme, y siempre he tenido muy claro no solo aqui, que no se puede gustar a todo el mundo y que despertaría también antipatías, porque nunca he dudado en expresar todo aquello que creía que podía dañar nuestra danza. Evidentemente habra a quien eso le suponga incluso un peligro y no me arrepiento en absoluto de haberlo hecho y espero seguir haciéndolo, es más, como digo, nunca me había afectado hasta el momento, supongo que todos tenemos nuestro momento delicado e hipersensible por otras razones, que quizás nos afectan más, pero que contagian a todo lo demás.
Os cuento todo esto porque imagino que seguramente hoy habra alguno de vosotros que está pensando de forma parecida a mi y me gustaría que sepáis que no sois los únicos y que esta es una batalla que tenéis que lidiar cada uno de vosotros de forma personal, pero os pediría encarecidamente que no culpéis a la danza de ello, como no culparíais a otros sectores, esto señores es la vida, y los humanos somos asi nos pongan donde nos pongan, unas veces equilibrados y otras inclinados más hacia un lado u otro de la balanza, pero todos sin excepción tenemos nuestras luces y nuestras sombras.
En fin, que todo esto, sumado a que mi equipo me daba serios problemas y que además he tenido problemillas de salud, me ha hecho estar estos días alejada de este blog, espero ir cobrando fuerzas y poder seguir con el trabajo que venía realizando hasta el momento, pero os pido vuestra paciencia y apoyo para seguir adelante.
Gracias por estar ahi.
Estos días atrás he estado bastante mal y no tenía ganas de escribir ni de muchas otras cosas y como ya sabréis llevo el blog yo sola, asi que no había nadie para ocuparse de él. He de confesar que he tenido y aún tengo algún coletazo de desesperación relacionada con el mundo de la danza y una tentación enorme de dejarlo todo por la tremenda desilusión que me provoca el comportamiento de algunas personas, y es que, aunque la danza es maravillosa y de eso no me cabe duda alguna, no deja de ser un sector, como cualquier otro, donde son las personas las que conforman su ambiente o el entorno donde has de moverte.
Quiero pedir disculpas si en estos días he tratado a mis amigos y compañeros con cierta desidia porque muchos de ellos no tienen la culpa de mi malestar y además en parte, si no he tirado la toalla, es precisamente porque independientemente de todos los malos rollos que puedas encontrar en torno a la danza, hay también muchas cosas que merecen la pena y que para poder disfrutarlas tenemos que enfrentarnos a esas cosas que no son tan agradables.
El caso es que he pasado estos días por todo tipo de ataques indeseables, incluyendo usurpaciones de identidad y hackeos, que aunque ya había sufrido en otras ocasiones, esta vez me estaban superando porque no eran uno de tantos que simplemente tienen por objeto seguramente demostrar las virguerías que uno como informático o aficionado al hacking o cracking pueda hacer, sino que venían claramente teñidas de intenciones oscuras directamente sobre mi persona y los eventos que defiendo, teniendo además que tratarse necesariamente de personas al menos mínimamente conocedoras de este sector y eso es sinceramente lo que más me ha dolido.
Hablando un día con mi profesora de ATS, me dijo una frase que me hizo pensar, "¿quien puede odiarte tanto? sin duda tu tienes que tener sospechas de quien puede ser", y aunque en ese momento de calentón hubiese señalado quizás injustamente a alguien, no lo hice, luego reflexioné y llegué a la conclusión de que daba lo mismo quien fuese, lo importante realmente es que en un mundillo que presume muchas veces de unión tribal, de buen-rollismo con las compañeras, etc la triste realidad era que la gente está dispuesta a tirar piedras incluso a su propio tejado con tal de no permitir que otros puedan evolucionar u opinar si no lo hacen al ritmo y son que ellos quieren marcar, y esto me parece que es una de las realidades que más pueden desilusionar a cualquier persona que pase por la danza.
Luego hablando con otras personas compañeras y profesoras, me di cuenta además que yo no era un caso aislado, y que no son pocos los que llegan en algún momento a una crisis de danza existencial como la mía, donde les dan ganas de abandonar, y bueno, supongo que muchos lo habran superado, pero también muchos han sucumbido.
Pero bueno, cuando comencé a escribir en este blog artículos críticos, ya sabía a lo que podía enfrentarme, y siempre he tenido muy claro no solo aqui, que no se puede gustar a todo el mundo y que despertaría también antipatías, porque nunca he dudado en expresar todo aquello que creía que podía dañar nuestra danza. Evidentemente habra a quien eso le suponga incluso un peligro y no me arrepiento en absoluto de haberlo hecho y espero seguir haciéndolo, es más, como digo, nunca me había afectado hasta el momento, supongo que todos tenemos nuestro momento delicado e hipersensible por otras razones, que quizás nos afectan más, pero que contagian a todo lo demás.
Os cuento todo esto porque imagino que seguramente hoy habra alguno de vosotros que está pensando de forma parecida a mi y me gustaría que sepáis que no sois los únicos y que esta es una batalla que tenéis que lidiar cada uno de vosotros de forma personal, pero os pediría encarecidamente que no culpéis a la danza de ello, como no culparíais a otros sectores, esto señores es la vida, y los humanos somos asi nos pongan donde nos pongan, unas veces equilibrados y otras inclinados más hacia un lado u otro de la balanza, pero todos sin excepción tenemos nuestras luces y nuestras sombras.
En fin, que todo esto, sumado a que mi equipo me daba serios problemas y que además he tenido problemillas de salud, me ha hecho estar estos días alejada de este blog, espero ir cobrando fuerzas y poder seguir con el trabajo que venía realizando hasta el momento, pero os pido vuestra paciencia y apoyo para seguir adelante.
Gracias por estar ahi.