El pájaro que sostenía la rama

Tal como os prometí hace poco en una de las entradas de este blog, más concrétamente en la de "Si buscas la perfección equivócate", voy a compartir con vosotros un microrelato que escribí y presenté a un concurso internacional hace ya muchos años, siendo aún casi una adolescente.

Acompaño el relato de unas fotografías que he hecho de mis queridos amigos gorriones. No se si muchos de vosotros sabreis que los gorriones estan ya casi en peligro de extinción. Sin embargo en mi casa recibo todos los días del orden de 50 o 60 gorriones a los que tengo muy bien criados. Les alimento mañana y tarde, les facilito agua para beber y bañarse y tengo colgados en mi terraza varias casetas de madera en las que anidan todos los años. Aprovecho asi para mostraros su gran belleza y animaros a que ayudeis a su conservación.

El pájaro que sostenía la rama

Un pájaro, sostenía las ramas de los árboles en lugar de estas soportarle a él.

Cualquier rama truncada o débil era inmediatamente socorrida por el pájaro.

Era distinto de todos los demás pájaros, que habitualmente posaban su vuelo sobre los árboles para entonar sus cantos.

 

Cuando los demás pájaros se dieron cuenta del extraño comportamiento de su compañero, comenzaron a burlarse de él.

Se posaban malintencionadamente en las ramas que este sujetaba con tanto interés.

El pobre animal luchaba contra la ley de la gravedad batiendo fuertemente sus alas para poder sostener el peso de todos.

Cada día eran más los pájaros que se agolpaban a detenerse en las ramas que él se esforzaba en sujetar, como si una insólita fuerza satánica los hubiese poseido a todos y les hubiese conducido hacia el vicio de fastidiar a su compañero.

El pajarillo volaba y volaba a diario hasta la extenuación, debilitándose cada vez más a lo largo de su vida, hasta que fruto de tanto esfuerzo, un dia murió.

Una fuerte ráfaga de aire vino a buscarlo para llevarle al paraiso de los pájaros, donde estaría siempre rodeado por el viento sin temor a caer nunca.

El pájaro se dió cuenta de que toda su vida había sido muy feliz, porque había hecho lo mejor que puede hacer un pájaro, volar.

Cuando a sus compañeros les llegó el momento de morir, entendieron que por someter al pajarillo a tan pesada tortura, apenas habían volado en su vida, y que más que pájaros habían vivido como piedras inertes. La vida de un pájaro es movimiento y no quietud.

Le habían juzgado por vivir de una forma pcoo convencional, y al final acabaron por vivir de una forma que difería mucho más de la que ellos consideraban perfecta.



No voy a comentar nada más, prefiero dejar que cada uno de vosotros saque sus propias conclusiones.

Espero que os haya gustado el relato y que os sirva de ayuda en vuestra vida.

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