El miedo a la crítica


Vengo observando con bastante frecuencia, y no solo dentro de la danza oriental, que la mayoría de la gente teme mucho a la crítica.

Si bien es cierto que a nadie nos gusta ser criticado con dureza, creo que es importante no dejarse llevar por una visión totalmente negativa de la crítica, pues aunque muchos no lo crean, la crítica también puede tener muchas cosas positivas.

Sin ir más lejos, la crítica también es un arte con el que se juzgan y evaluan las cosas, es incluso una profesión y también una maravillosa herramienta que puede proporcionarnos una valiosa información que utilizar en nuestro propio beneficio.

Ni siquiera la crítica constructiva es bien recibida por muchos, y algunos incluso la confunden con una crítica suave donde si te vas a atrever a decirme algo ya puedes tener una buena razón para ello, y ya puedes argumentar despues algo que me llene lo suficiente para compensar tu ofensa, muchos incluso esperan que vaya acompañada de soluciones y por supuesto que sea declarada en privado, pero una critica constructiva no tiene porque ser asi, simplemente es aquella que valora algo sin maldad, siendo capaz de ver lo bueno y lo malo, y que no pretende hacer daño sino analizar algo.

Algunos de los que se creen más tolerantes nos invitan a criticar solo constructivamente pero se pierden si reciben alguna critica que no sea un auténtico tratado de diplomacia, otros tachan de amargado, malvado o de alguien con demasiado tiempo que no tiene otra cosa que hacer a quien se atreva a criticar. Pero la crítica es parte de nuestras vidas, todos la emitimos alguna vez sin excepción y se nos forma desde nuestra infancia precisamente para ser capaces de utilizar nuestra mente de forma analítica, sentenciando aquello que consideramos menos adecuado y suponiendo muchas veces incluso una herramienta que nuestro cerebro siempre debería tener en cuenta a fin de protegernos incluso de posibles peligros.

La gente ha llegado a un extremo casi patológico en el que depende de los halagos de otros o de su aprobación para no sentirse fracasado, y tienen un profundo miedo a la crítica, algunos incluso tienen tal inseguridad, que su hipersensibilidad les lleva a sentirse menos válidos, y otros, los más prepotentes entran en cólera cada vez que alguien se atreve a cuestionar sus acciones.

Algo terrible de tener miedo a ser criticado es que se suele obrar en ocasiones guiado de lo que creemos que desean los demás y no de lo que nosotros consideramos correcto, pero claro, cuando alguien actua contra su propio credo esto acaba notándose y esa persona lejos de ser bien valorada suele conseguir un resultado opuesto al que busca, siendo percibida como alguien sin personalidad, poco interesante, hipócrita, pelele, pasmado o simplemente alguien raro cuyas acciones no terminan de cuadrarnos porque no es consecuente.

Debemos aprender que la opiniones de los demás no tienen porque suponer una exposición de ninguna verdad absoluta, una opinión es simplemente la forma en que otro ve bajo su prisma lo mismo que nosotros quizás podemos ver de otro modo, y no tenemos porque estar obsesionados en ver quien tiene razón como si solo uno pudiese tenerla, ya que no todos tenemos la misma información sobre algo y por supuesto tampoco tenemos la misma educación ni los mismos gustos, una leve variación puede dar como resultado una opinión bien distinta.

El colmo de los colmos es cuando se nos pregunta para que demos respuesta a algo o se provoca de otros modos que ofrezcamos nuestra visión sobre un tema y cuando no se nos dice lo que queremos oir entonces dejamos de escuchar y nos ponemos automáticamente a la defensiva.

Pobre del que no quiera escuchar una sola crítica en su vida, porque siempre va a haber alguien que nos critique, del mismo modo que siempre va a haber alguien al que posiblemente le guste lo que hacemos, y tenemos que pensar que lo más importante en nuestra vida no son los adjetivos que nos coloquen sino nuestra propia existencia, el ser. Sin ser, el adjetivo no tiene sentido, asi que al margen de que otros puedan catalogarnos de egocéntricos, la realidad es que ese "yo soy" es base de todo.

Asi pues, un bailarin, un maestro, un coreógrafo, un organizador de eventos, etc, no es menos profesional ni más por el hecho de recibir una crítica, y un alumno o un bailarín que empieza tampoco es mejor ni peor por ello, pero del mismo modo una persona que emite su critica tampoco es mejor ni peor por el hecho de opinar.

Eso si, hay personas que ante su propia inseguridad muchas veces son las primeras en emitir críticas indiscriminadamente, infundadas, sin argumento alguno, basadas en el prejuicio, el resentimiento o el miedo a los demás, con el único objetivo de desprestigiar, injuriar o calumniar a otros, y eso si les convierte en personas indeseables, cuya crítica suele ser claramente diferenciable porque va dirigida a culpabilizar y a destruir a la persona, mientras que la crítica normal busca corregir y va contra los actos, no contra el individuo.