Crónica del espectador: III Conexión Tribal

Maria Sierra me envió ayer su particular crónica sobre el espectáculo de III Conexión Tribal al que asistió, en el cual una servidora también estuvo presente, y me dijo que estaría encantada de compartirlo con todos mis lectores, asi pues aqui lo incluyo.

Aprovecho también esta entrada para mostraros algunas de las fotografías que tomé en el evento o que me hicieron a mi en compañia de los artistas del mismo.

La colaboración de María me ha hecho pensar que quizás también haya por ahi otros espectadores que quieran compartir sus impresiones sobre diversos espectáculos, y como para mi el público es muy importante y no merece menos atención que los artistas de los que habitualmente hablo, he decidido inaugurar una nueva sección que llamaré "Crónica del espectador" donde iré publicando aquellas aportaciones que queráis dar sobre espectáculos de danza a los que habéis asistido.

No se publicarán por supuesto aquellos comentarios que no aporten nada y que sean meramente una crítica destructiva hacia los mismos. Entiendo mejor que nadie porque yo también soy muy crítica y perfeccionista que los detalles negativos también puedan ser expuestos, siempre y cuando se hagan con respeto, pero no aceptaré ningún tipo de improperio. Igualmente para aceptar el comentario debéis demostrar que habéis asistido al mismo bien mostrando vuestra entrada, o alguna fotografía vuestra en el evento, esto es simplemente para asegurarme de que no se viertan opiniones infundadas.

Os invito a todos a participar tal como lo hace María que inaugura esta sección con este bonito texto.


 Crónica de María Sierra

Cuando los diamantes de Al-Raquisa te abren las puertas con la cadencia de su fusión de funky, y sin precedente el escenario se ilumina con la presencia de al menos una docena de ésos diamantes, sólo puedes pedir que tus ojos se abran tanto como tu boca por lo que sabes que va a acontecer.

De la mezcla de perfumes que nace de tan distintos bailes y melodías escanciados en apenas dos horas no queda en absoluto un ambiente cargado sino mas bien la sensación de que alguien desde una zona invisible va soplando y haciendo pompas, burbujas de jabón que en su transparencia dibujan un arco iris con el magnífico contrapunto oscuro de las que bailan llevando sombras, que nos recuerdan que quien crea en el mito de Eva debe creer en Lilith.

Y al igual que en la infancia, queremos tocar, coger y guardar con nosotras esas burbujas, pero mueren de efímeras dejándonos húmedo el tacto y un recuerdo en la retina pronto sustituido por una burbuja que sentimos más hermosa hasta que vemos la siguiente, y así, una tras otra, así desfilan las bailarinas de Sol de Luna.

Hechas de piedras preciosas, sean Diamantes, Jade o Cristal, como amantes sabias y cósmicas entregan lo que tienen y se van sin pedir nada.

De regalo el enorme placer de llevar años escribiendo bajo un gran póster de Liza Minelli en Cabaret y poder descubrirla envolviendo un número mágico, formando parte de ellas, con su irreverente tono y bien actuada, lejos de la caricaturesca comicidad con que tantas veces hemos de ver interpretados sus números en un vano intento de imitarla, pues no es una payasa sino una diosa burlesca, inteligentemente convertida en elemento y consiguiendo así un buen original y no una mala copia.

Y así se suceden en un Olimpo compartido mientras quieres tomar aire ellas no te dejan y te hacen cruzar un océano para llevarte a otro mundo vestidas de flores en un vistoso alarde que de tan bonito te evoca fragancias y puedes oler su baile, tocar los colores mientras en un círculo mágico bailan y sientes que eres testigo de algo Sagrado y de semejante privilegio se siente una importante, y crece sin miedo, pues no hay distancia del escenario a los asientos, no te estrellas del Olimpo al suelo, pues las diosas que esa noche no han de bailar se sientan entre nosotras y entre ellas el miedo no es siquiera una palabra, y te preparas para recibir el Trueno desde las nubes altas, Crystal, tormenta rápida y devastadora, un disparo, acorta el tiempo, sacándote de ti como un orgasmo y luego te preguntas qué ha pasado, lo Primigenio, la mordedura de la Serpiente que las posee a ellas y pasa de cuerpo en cuerpo, transformada, transformándolas, llevándonos a un mar profundo y helado con Lady Vamp y sus colores azules de reina de las Nieves, tejiendo con dulzura y brutalidad, haciéndonos correr buscando las mil puertas y abriendo la del calor de una sonrisa, un Oasis tranquilo, de azules a Rojas, recuperando la brújula su norte de ver bailar a una mujer sobre las brasas encendidas que dejan otras, y van llegando las que quedan, ya la mente tan arriba que recorre imágenes conectadas de ombligos, flores, plumas de faisán y abanicos, entre ilusionistas que quieren convencerte de que tienen más de dos brazos, y en la unión con la Guardiana Vicky Quamar forman el más alucinante ser mitológico que custodia la entrada al jardín más hermoso pues sus frutos, animales y árboles están hechos de sus bailes.

Abandonando la Tierra, más allá del Olimpo brillan los planetas de Al-Raquisha, y la Diosa Cósmica Arual como Planeta verde nos lleva a seguirla cual Ciudad Esmeralda, de su mano volvemos a casa, y durante días los colores cálidos se mantienen en la retina, el viaje se despliega como un árbol dentro nuestro y sólo le pedimos que eche raíces, volvemos a casa con un equipaje de Sol de Luna, un tesoro, un horizonte para un futuro árido entre dunas de arena que nos hunden y matan, que nos secan, Sol de Luna es el agua que beber cuando te sientes muerta.